Desde hace 88 años A.A. ayuda a los alcohólicos a mantenerse sobrios, a través de su programa de recuperación “Doce pasos, doce tradiciones, doce conceptos” El programa tiene un fundamento simple: un alcohólico que comparte con otro. Si su forma de beber está fuera de control, A.A. puede ayudarlo.
Alcohólicos Anónimos ® es una comunidad de personas que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. El único requisito para ser miembro de AA es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de AA no se pagan derechos de admisión ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. AA no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa. Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.
Si bien en AA no tenemos una definición profesional de quién es un alcohólico, si podemos compartir en función de nuestra experiencia que:
“Nosotros los alcohólicos, somos hombres y mujeres que hemos perdido la capacidad para controlar nuestra manera de beber”.
(Libro Alcohólicos Anónimos, pág. 33)
El alcoholismo es una combinación de una compulsión por beber y una «alergia física»
Dr. Silkworth, médico estadounidense especialista en el tratamiento del alcoholismo.
La lista de preguntas que aparece a continuación puede ayudarle a descubrir si tiene problemas con su manera de beber. Debe tener presente que usted es la única persona que puede decir SI tiene o NO un problema. Aunque otros le hayan dicho que si lo tiene, lo importante es que USTED DECIDA por sí mismo. Seleccione uno de las opciones siguientes:
07 - Diciembre - 2025
La verdadera ambición es el profundo deseo de vivir útilmente y de andar humildemente bajo la gracia de Dios.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, pág. 140
Durante mis años de bebedor, mi única preocupación era la de que todos mis prójimos tuvieran un alto concepto de mí. Mi ambición en todo lo que hacía era tener el poder de estar en la cima. Mi ser interior me decía otra cosa, pero yo no podía aceptarlo. Ni siquiera me permitía darme cuenta de que continuamente usaba una máscara. Finalmente, cuando la máscara se cayó y yo grité al único Dios que podía concebir, la comunidad de aa, mi grupo y los Doce Pasos de aa estaban allí. Aprendí a transformar los resentimientos en aceptación, el temor en esperanza y la ira en amor. Además, me he dado cuenta de que, amando sin indebidas esperanzas, compartiendo mi interés y mi preocupación por mis compañeros, cada día puede ser alegre y fructífero. Yo empiezo y termino cada día dando gracias a Dios, quien tan generosamente ha vertido su gracia en mí.